Ante la incertidumbre que nos acompaña este año, los medios de comunicación han sufrido su particular pandemia. Primero se convirtieron en imprescindibles y las audiencias alcanzaron récords desconocidos. Más tarde, la ansiedad informativa fue cayendo hasta estabilizarse y el ruido de la sociedad se trasladó a las redes sociales.

 

Ante este escenario, el futuro de los medios está por escribirse. El prestigio ganado en estos meses no puede caer en saco roto. La labor de los periodistas durante la pandemia ha sido imprescindible para conocer lo que estaba pasando, para descubrir la opinión de los expertos, para esclarecer el papel de los políticos, para responder con datos a las preguntas que todos nos hacíamos. También hay riesgos por los continuos vaivenes políticos que generan incertidumbre. La población puede caer en la desgana de no creer a nadie, algo muy peligroso en una democracia. Por eso es tan importante que no se pierda la credibilidad y la fortaleza de los medios ante la sociedad.

 

El segundo debate en la profesión periodística es cómo se aborda el futuro ante un escenario de incertidumbre económica. Las empresas editoras están buscando las soluciones para reinventar el negocio de los medios y conseguir alternativas a la caída de la publicidad y de los recursos financieros. Los Gobiernos pueden apoyar con subvenciones o exenciones fiscales a las empresas informativas y actuando contra la competencia desleal de los gigantes tecnológicos, como Google o Facebook. Los medios tratan de conseguir el apoyo de sus lectores a través de las suscripciones y los muros de pago a las informaciones de sus páginas web. Sin el apoyo de los ciudadanos, la prensa nunca será libre y no podrá ejercer el derecho a la información. 

 

La influencia de los medios en la sociedad es fundamental para llevar a cabo su labor de control de lo público y reivindicar los principios fundamentales de una democracia. Para ello, los medios tienen que ganarse ese respeto, consolidar su negocio y ser el puente entre los españoles y los poderes ejecutivo, judicial y legislativo. En esta época de zozobra son más necesarios que nunca unos medios independientes y críticos. 

El objetivo de los periodistas debe ser atender las necesidades de los ciudadanos sin distinciones, sin sesgos, sin diferenciaciones, sin categorías. Los medios deben dar visibilidad a los más débiles, a los más desamparados o a los más necesitados. 

 

Y contar las necesidades y derechos de las personas con discapacidad con un lenguaje adecuado. Tan importante es el contenido como la manera de contarlo. Todos ganaremos con una sociedad sin exclusiones.